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¿Por qué la dieta occidental daña tu salud?

¿Por qué la dieta occidental daña tu salud?

¿Por qué la dieta occidental daña tu salud?

El auge de los alimentos industrializados está causando serios daños en la salud. Y esto no es solo una cuestión de peso o de figura: estamos hablando de enfermedades serias, como la diabetes, que están estrechamente vinculadas a los hábitos de alimentación.

El problema, muchas veces, es la falta de información a la hora de tomar decisiones de compra en el supermercado, o de escoger los platos al salir a comer fuera.

Durante años nos han hablado de contar calorías, cuando en realidad las calorías no son ningún indicador de qué tan saludable es un alimento.

Por eso, en este artículo mi intención es ofrecerte información veraz y actualizada, que te sirva de ayuda en tu camino de llevar una alimentación saludable.

¿Empezamos?

 

¿Qué se conoce por dieta occidental?

La alimentación actual tradicional y popular, de la gran mayoría de la población occidental, se caracteriza por el dominio de los carbohidratos (conforman  entre el 55% y el 65% del total de macronutrientes), por el consumo de productos procesados, refinados e industrializados, y por el auge de golosinas, bollería y comida rápida.

En resumen, podríamos decir que en la alimentación occidental predomina el consumo de calorías vacías.. 

El peligro de este tipo de alimentos es que, por lo general, son productos a los que se les ha extraído la fibra, las vitaminas, los minerales y muchos de sus nutrientes saludables. Y además, se les han añadido aditivos para mejorar y resaltar su sabor, color y que duren más tiempo. 

Por supuesto, estos alimentos se vuelven más atractivos y el consumo aumenta, aunque estén repletos de tóxicos y sean perjudiciales para tu cuerpo, como veremos a continuación. 

 

¿Qué enfermedades se relacionan con la dieta occidental?

La dieta occidental se asocia a enfermedades como el cáncer, la diabetes e incluso la demencia.

Puede causar dolores crónicos, como aquellos que sufren pacientes con diabetes o sobrepeso. Y según los expertos también está alterando la función cerebral.

Y te preguntarás: ¿cómo y por qué se puede llegar a desarrollar cualquiera de estas enfermedades debido a la dieta? Pues bien, vamos a verlo ahora.

Los excesos causan obesidad y problemas cardiovasculares

La dieta occidental ocasiona una montaña rusa de energía, debido al elevado consumo de carbohidratos. Seguro que has experimentado, tanto a nivel emocional como físico, que tienes momentos a lo largo del día de energía plena y euforia. 

Pero, también, experimentarás otros momentos de muchísima hambre, incluso fatiga o debilidad física, en los que te sientes incapaz de concentrarte. 

Esto es porque los carbohidratos se queman rápidamente en tu organismo, por lo que ocasionan una hipoglucemia en tu cerebro. Así, te ves obligada a comer necesariamente, solo para sentir saciedad y sosiego… Y al poco tiempo, el ciclo se vuelve a iniciar.

En consecuencia, acabas comiendo mucho más seguido y tu consumo de calorías se dispara más allá de lo que tu cuerpo realmente necesita. Y es que los nutrientes que recibe no están equilibrados, ni son suficientes.

De esta forma, se va generando una tendencia hacia la obesidad, que en un futuro puede provocar enfermedades cardiovasculares. 

Y lo más alarmante, es que si miras un ranking por países, empiezan a aparecer en la parte superior de la tabla países que cuentan por tradición con otras dietas alternativas mucho más saludables.

 

La mala calidad de los alimentos daña tu salud 

Pero aún hay más. Te adelantaba que la dieta occidental se basa en el consumo de carbohidratos y también de azúcares, casi siempre refinados.

Pues bien, atenta a esto… En el proceso de combustión del azúcar o glucosa, se producen en tu cuerpo muchos radicales libres. Si no te suenan de nada, estos radicales son sustancias dañinas para tu organismo que están detrás de enfermedades como el cáncer, el síndrome metabólico, la inflamación crónica y el envejecimiento prematuro. 

Es verdad que cualquier proceso metabólico genera radicales libres, pero el problema está en que debido al exagerado y permanente consumo de estos alimentos, la producción de estas sustancias es excesiva.

Es por eso que, últimamente, hay tantas personas que tratan de seguir dietas sin productos refinados. Por ejemplo, está bien comer azúcar de forma natural, a través de las frutas. Pero, siempre que sea posible, controla o elimina el consumo de azúcar procesado o las bebidas refrescantes.

 

La diabetes y la grasa corporal 

Cuando comemos en forma continua e ingerimos niveles elevados de carbohidratos, el organismo produce de manera constante cantidades de insulina. 

Esto hace que el páncreas trabaje de forma permanente y termine afectado. Provocando primero una resistencia a la insulina, que es la hormona que tiene la función de regular los niveles de glucosa en sangre. Y luego, la diabetes.

En definitiva, el cuerpo se sobreexpone a ciertos procesos metabólicos que cada vez son menos eficientes y terminan dañando tu cuerpo.

Este es el caso también de la grasa corporal. 

A través de la sangre se llevan grandes cantidades de glucosa a los distintos órganos y partes del cuerpo para aportar la energía que necesitan para funcionar. Pero la cantidad restante se almacena en el hígado y en los músculos, como reserva de energía para los momentos de escasez de alimento. 

Entonces, ¿qué crees que sucede si la cantidad de glucosa es excesiva? Pues que nunca llegas a quemarla y, por tanto no es energía, sino grasa que se adhiere a tus células, entorpeciendo su buen funcionamiento.

 

¿Qué alternativas existen a la dieta occidental?

Realmente, las alternativas saludables son mucho más sencillas de lo que pensamos. Tienes a tu alcance numerosos alimentos ricos en nutrientes, como son todas las frutas y verduras, los cereales integrales, las bebidas vegetales, los pescados y la carne ecológica, entre otros. 

En ocasiones, se trata de abrir la mirada hacia nuevos sabores, y comenzar a incorporarlos de a poco, a medida que vas evitando aquellos alimentos que te hacen daño.

Cuidar tu alimentación es una manera de cuidarte a ti misma, a tu salud y a tu bienestar. ¿Qué tal si te decides a empezar hoy?

 

 

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